martes, 17 de diciembre de 2013

La leyenda de Papá Noel

San Nicolás de Bari, toda una leyenda
Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás son algunos de los nombres con los que se conoce universalmente al personaje legendario que trae regalos a los niños por Navidad según la cultura occidental

Nicolás de Bari, de origen griego, es el nombre del Obispo cristiano en el que está inspirado el personaje. Se estima que nació cerca del año 280 en Patara, (ciudad de la actual Turquía), en el seno de una familia adinerada y ya desde niño se destacó por su carácter piadoso y generoso. Al morir sus padres por la peste, mientras trataban de ayudar a los enfermos de la ciudad, repartió sus bienes entre los más necesitados siendo aún un chiquillo, y partió hacia Myra en dónde vivía su tío (Obispo de esta ciudad). Allí se ordenó sacerdote a los 19 años, y posteriormente fue elegido Obispo de Myra al morir su tío.

Son muchos los milagros que se le atribuyen a Nicolás de Bari, y tal fue la admiración por él que se convirtió en Santo patrón de Grecia, Turquía, Rusia y la Lorena.

También fueron numerosas las historias que se contaban de él, su mítica fama de repartidor de obsequios nace de una historia que cuenta que siendo niño se enteró que había un hombre muy humilde en su ciudad padre de tres hijas y que no podía casarlas por no tener la dote necesaria. Al no disponer del dinero preciso, el hombre temía que pudieran morir de hambre. Al enterarse de esto Nicolás no dudó en entregar la dote de cada una de ellas y según cuenta la historia, entró en la casa de este hombre y depositó el dinero en los calcetines de las muchachas que se estaban secando al calor del fuego de la chimenea.

En los países europeos este personaje recibe el nombre de “Papá Navidad”, traducido a su lengua (Father Christmas, Père Noël, Babbo Natale), excepto en España, en que no se ha traducido la palabra francesa Noël, sino que se ha castellanizado por Noel.

Para relacionar a Papá Noel con la Navidad nos tenemos que remontar a la antigüedad. En Roma a mediados de Diciembre se realizaban las fiestas en honor a Saturno, Cronos para los griegos, en donde los niños recibían regalos al terminar los festejos. Posteriormente existían tradiciones similares por las mismas fechas. Los niños italianos recibían regalos del hada Befana. En Cataluña y algunas zonas de Aragón el Tió (Tió de Nadal o Cagatió) cargado de galletas, fruta, restos de comida… era golpeado, para hacer cagar dichos manjares, por los niños después de la tradicional comida de Navidad. En los pueblos vascos y navarros el carbonero Olentzero y los duendes de barba blanca y botas altas eran los encargados de traer los regalos. En Galicia el Apalpador que según cuenta la leyenda, el día de Navidad tocaba las barrigas de los niños dejando castañas a los más delgados (para que engordaran) y carbón a los mejores alimentados (para que se calentaran).

Y así, conocidos los prodigios de San Nicolás y con el tiempo, éste fue remplazando a algunos de estos personajes paganos. La fama de San Nicolás trascendió de tal manera que llegó a convertirse en todo un icono para los más pequeños y los más desfavorecidos.

Su festividad pasó de la primavera al 6 de Diciembre. El paso de San Nicolás a Santa Claus y Papá Noel sucedió alrededor del año 1624 al fundar los inmigrantes holandeses la ciudad de Nueva Ámsterdam (más tarde Nueva York), ciudad a la que hicieron llegar sus costumbres y sus mitos, entre ellos la celebración de la fiesta de San Nicolás el 5 de Diciembre (Sinterklaas). Washington Irving fue el que transformó o deformó a San Nicolás en Santa Claus (Historia de Nueva York). En el siglo XIX, Santa Claus pasó a Inglaterra y de ahí a Francia (aquí se fundió con la leyenda de Bonhomme Noël). Fueron poetas, escritores, dibujantes, y campañas publicitarias los que formaron la figura que tenemos actualmente de Papá Noel.

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