domingo, 8 de diciembre de 2013

La saliva contra el mal de ojo

La saliva, curioso remedio tradicional contra el mal de ojo 

Ya se sabe que la envidia y el mal de ojo vienen a ser lo mismo. Los bebés, la maternidad, ha sido objeto de envidias en todas las épocas ya que los hijos siempre se han considerado como una bendición. Pero la sabiduría popular ha echado mano de numerosos recursos para proteger del maleficio a los indefensos bebés. Uno de los más curiosos se basa en el poder preventivo de la saliva, similar al del agua de las fuentes curativas.

En la zona mediterránea se daba por sentado que todo elogio oculta un fondo de envidia, y en Córcega y Cerdeña no se podía ensalzar la belleza del recién nacido sin escupir acto seguido sobre él. De no hacerlo así, se creía que el niño quedaba inmediatamente aojado. En Nápoles, las nodrizas eran más previsoras y escupían sobre todas las personas que entraban de visita en la habitación donde estuviera el niño antes de que tuviera tiempo de decir una palabra. Y en Sicilia, bastaba que una mujer de dudosa reputación tocara o abrazara a un chiquillo para que la madre escupiera inmediatamente sobre él, evitando de esta forma el daño del posible aojamiento.

En algunas zonas rurales de Irlanda todavía es frecuente que la comadrona escupa sobre el recién nacido en el momento de su llagada al mundo, protegiéndole así de todo mal. Lo mismo hacían las visitas que acudían a felicitar a los padres, escupían sobre el bebé como gesto de respeto y protección.

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