Muy beneficiosa para el hígado y el cerebro, ayuda a controlar el colesterol
La parte de la alcachofa que estamos acostumbrados a comer es la menos activa
Existen dos vegetales
que se conocen como alcachofa, pero no guardan absolutamente ninguna
relación. Las diferenciamos como la alcachofa común (globe artichoke en inglés)
y la alcachofa de Jerusalén (Jerusalem artichoke) o pataca. La primera es un
vegetal de color verde, similar a una col diminuta, salvo que sus hojas son más
pequeñas y gruesas. Mientras que la segunda ni siquiera es una alcachofa, ni
tiene nada que ver con Jerusalén. Proviene de Sudamérica y fue primero llamada “girasole”,
por su similitud con esa flor. Más tarde, el nombre degeneró en “Jerusalén”.
Los tubérculos tienen un sabor lo suficientemente agradable como para ser
consumidos, pero no tienen ningún valor
medicinal.
La parte de la alcachofa que estamos acostumbrados a comer
es la menos activa, mientras que todo el resto, que es increíblemente amargo, es en realidad lo más nutritivo y terapéutico.
La alcachofa es muy
buena para controlar el colesterol. El Volumen 5 de Experimental Medicine& Surgery, de 1947, ya por aquel entonces confirmó bastante bien las
propiedades de la alcachofa para combatir el colesterol. Gallinas ponedoras y
seres humanos que presentaron síntomas tempranos de arteriosclerosis redujeron sus niveles de colesterol,
mediante la administración de polvo de alcachofa. El cinarín es el compuesto de
la alcachofa que evita que las arterias, tanto de los seres humanos como de
los animales, se endurezcan y
mantiene bajos los niveles del suero de triglicéridos.
Es un excelente alimento
para el cerebro y para mantenerlo alerta. Las hojas de alcachofa parecen
tener un efecto farmacológico en el cerebro y en algunas partes del sistema
nervioso central. Según una publicación en Nutrition Reviews, las hojas de esta
planta contienen “varios compuestos activos similares a la cafeína”, en cierto
modo.
Está también comprobado que la alcachofa es muy beneficiosa para los problemas del hígado. Ciertos ácidos de la alcachofa ayudan definitivamente a activar las funciones del hígado. De acuerdo con numerosas publicaciones científicas, muchos pacientes aquejados de problemas del hígado han registrado una mejoría definitiva, después de que empezaron a utilizar la alcachofa de forma regular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario