sábado, 20 de diciembre de 2014

Armarse de valor

Armarse de valor, el secreto para lanzarse a un nuevo desafío

Armarse de valor, el secreto para lanzarse a un nuevo desafío

“Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar” (Paulo Coelho)


Superar nuestros propios límites supone, a veces, asumir ciertos riesgos. “No es valiente aquél que no tiene miedo, sino el que sabe conquistarlo” (Nelson Mandela). A pesar de su mala prensa, el miedo es una clara señal de que estás superándote a ti mismo, saliendo de tu zona de confort para asumir un nuevo aprendizaje o un nuevo reto.

Solemos hablar del miedo en términos negativos (teme no llegar al nivel, se achica ante las decisiones importantes, le asusta asumir nuevas responsabilidades…), pero lo cierto es que albergar temores es algo natural y en muchos casos, incluso, útil. Sólo cuando nos paralizan o bloquean se convierten en algo problemático. “El miedo no es negativo, es sólo un indicador de que hemos salido del entorno de la confianza, de que un nuevo aprendizaje se está gestando” (Vicens Olivé, experto en Programación Neurolingüística, PNL & Coaching).

Los proyectos que nos dan cierto respeto (cambiar de trabajo, trasladarnos de ciudad, asumir un nuevo compromiso con nuestra pareja, cumplir el deseo de ser madre/padre…) se convierten, curiosamente, en una fuente de satisfacción cuando, independientemente de los resultados, los abordamos con decisión y los vivimos con valentía. “La experiencia de superar el miedo es increíblemente deliciosa” (Bertrand Russell).

Elige tu propio destino

Según el budismo, el miedo es uno de los tres venenos a los que se enfrenta el hombre, junto a la ignorancia y al apego. Adentrarnos en terrenos desconocidos implica, efectivamente, ciertas dosis de inquietud o desconfianza; pero también de ilusiones, deseos y esperanzas.

Échale coraje a la vida. El psicólogo Joan Garriga invita en su libro “La llave de la buena vida” a practicar la valentía: “Muchas vidas se amargan por no seguir el ritmo del tambor que suena en su interior (en el ámbito afectivo, profesional, social…), se malogran por no arriesgar, por querer permanecer a salvo en la orilla de la aparente seguridad, por temor a la crítica, al desamparo, a la pobreza o a la soledad”.

Arriésgate a avanzar. Reconocer qué es lo que nos frena con preguntas del tipo ¿estoy dejando de hacer cosas por temor a algo?,  ¿qué tengo tanto miedo de perder?, ¿qué es lo peor que puede pasar si…? es de gran ayuda. Si eso que persigues es importante para ti, asume los riesgos que implica salir de tu zona de confort y aprende a convivir con tus temores. “Para crecer como persona hay que renunciar temporalmente a la seguridad” (Gail Sheehy).

Toma el control. La experiencia demuestra que el miedo, al igual que las dudas o la prudencia, no tienen por qué ser malas compañeras siempre y cuando no dejemos que tomen las riendas de nuestra vida. “El miedo es natural en el prudente y el saberlo vencer es de valientes” (Alonso de Ercilla).

“La valentía se aprende, al igual que se aprende la cobardía. Por eso, una persona miedosa puede comportarse valientemente” (José Antonio Marina). 
__________________________________________________________________

No hay comentarios:

Publicar un comentario