lunes, 15 de diciembre de 2014

¿Cómo debemos encender y apagar una vela?

Magia con las velas, del encendido al soplo

Magia con las velas, del encendido al soplo

Estos son dos aspectos importantes a tener en cuenta en la magia de las velas; no olvidemos que con el encendido de la vela estamos creando una alteración en el universo, poniendo en marcha unas fuerzas que al margen de las físicas o quí­micas que producen la combustión y la llama, modifican el entorno, puesto que dicho encendido se realiza con un fin mágico. De igual manera, con la extinción de dicha llama cambiamos nuevamente el ambiente, de ahí la importancia de hacerlo correctamente.

Para encender una vela siempre debemos huir de mecheros, dado que su proceso de composición se aleja mucho de lo natural, no olvidemos que el mechero ha pasado por un proceso físico y quí­mico, ha habido una manipulación, más aún cuando hablamos de mecheros electrónicos. Por eso lo ideal es que la vela se encienda o con una cerilla de madera, que es un elemento natural, o luego de este proceso con otra vela.

A la hora de encender las velas debemos olvidar el tópico de encenderlas con una u otra mano en función del estado civil, dado que ese es un tema ya superado, fruto de otros tiempos más sugestionables.

La vela al prenderse con cerillas, debe encenderse siempre con la mano dominante en la persona, ya sea zurda o diestra, mientras que lo recomendable para encender una vela con otras velas, es usar ambas manos.

El apagado o extinción de la vida de la vela, es también un aspecto muy importante en la magia con las velas. Por norma general, o al menos, en una mayoría de ocasiones, la vela se deja consumir hasta el final, hasta que ella misma se apague.

Sin embargo, cuando se desea alterar ese proceso y el apagado es voluntario, conviene recordar que nunca hay que “matar”la mecha, es decir apagarla "chafándola" ya sea con un apagavelas o con los dedos húmedos.

Si apagamos una vela mediante el soplo, éste debe ser directo y tibio si no se desean recoger los efluvios y emanaciones de la vela, o colocando la mano por detrás de la llama, si se pretende el efecto contrario.

Los apagavelas pueden usarse siempre y cuando se respete la "no muerte" de la mecha, es decir, se colocará el apagavelas sobre la llama a una distancia correcta como para que la ausencia de oxí­geno apague por si sola la llama, pero nunca se deberá presionar sobre la mecha.

De igual manera una vela no debe apagar nunca a otra vela derramando su cera sobre la mecha a no ser que se trate de un trabajo mágico muy puntual.
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