Pequeño secreto para la autoestima
“El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar”
La
percepción alta o baja que tenemos de nosotros mismos es la autoestima. Esto
implica ser conscientes de nuestros defectos y virtudes, pero esta percepción
no siempre es exacta, influye mucho el entorno y las distintas situaciones del
pasado que hayamos vivido.
Una elevada autoestima puede llevarnos a perder la noción de la realidad, por el contrario una baja autoestima puede llevarnos a la depresión o a estar predispuestos a hacer las cosas casi siempre mal.
Es
evidente que lo ideal sería buscar el equilibrio y saber cómo subir la
autoestima en todo momento, y por el contrario saber poner los pies en la
tierra cuando sea necesario.
El
estar sin ánimo en la mayor parte de las veces nos lleva a desconsiderar
nuestra postura corporal, cuando andamos parece que nos estamos hundiendo, dirigimos
la mirada hacia abajo, dejamos caer los hombros, la cabeza también… por otro
lado, uno se siente lo peor, la sonrisa se pierde y todo se ve nublado, oscuro
y sin salida.
Los
“Maestros” desde siempre han observado esta situación y se han preocupado por
ello. Como parte de sus secretos enseñaban una técnica muy efectiva, aparte de
los mensajes y frases de ánimo, para subir la autoestima.
Esta
técnica consiste en caminar varias veces al día de manera “noble”, como si fuéramos
un rey o un príncipe de la más alta realeza. (Puede ayudar imaginar que estamos
en un salón o jardín de algún palacio, también cualquier imagen que nos ayude a
recrear la situación).
Debemos
caminar desplazándonos por toda la habitación, imaginando que las puertas se
abren solas, que la luz se da alrededor, y que la suerte nos sonríe. Tenemos
que andar bien “derechos”, con los hombros ligeramente hacia atrás, la cabeza
erguida, la mirada al frente y ligeramente hacia arriba, esbozando una ligera
sonrisa. La postura y la sonrisa son fundamentales.
Nuestro
andar tiene que ser seguro, sin la menor sensación de debilidad o pérdida de equilibrio.
Con paso firme, sintiendo los pies pisando tierra, notando que cada paso que
damos es seguro, fuerte y va encaminado hacia un futuro mejor.
Mientras
caminamos debemos hacer uso de nuestro poder mental. Podemos ir imaginando
situaciones que deseamos mejorar en la vida o aquellas que se alejen para
siempre. Vivirlas como si ya estuvieran sucediendo es muy importante.
Si
practicamos este pequeño secreto varias veces al día (con cinco minutos es
suficiente), mantenemos la postura corporal adecuada y no olvidamos la sonrisa,
¡mejorará nuestra autoestima!
Recuerda:
“El ánimo que piensa
en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar”
Francisco de Quevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario