Historia del incienso

Breve historia del incienso

Cuando se logra dominar los efectos del incienso se obtienen resultados sorprendentes

Quemar incienso es una tradición que data de miles de años, y ha sido utilizada por todas las civilizaciones de la antigüedad. Cuando se logra dominar bien sus efectos, y se entiende que ciertos olores pueden beneficiar el estado anímico de la persona, se obtienen unos resultados realmente sorprendentes.

La palabra incienso viene del latín "incendere", quemar. El incienso ha sido utilizado para acompañar a las oraciones, para purificar el aire, liberarnos de las vibraciones negativas y mejorar el estado de ánimo.

Recordemos que el uno de los regalos que hicieron los Reyes Magos al niño Jesús fue el incienso. En la tradición hindú el incienso juega un papel importante en sus meditaciones y oraciones. Durante la época de los faraones en Egipto, el incienso, se utilizaba para alejar a los malos espíritus o apaciguar sus intenciones. Algo parecido con lo que hacemos hoy en día en cuanto a los sahumerios durante la víspera de Año Viejo. En la tradición Budista, el incienso ha sido utilizado como parte esencial de la meditación.

Cada fragancia tiene su propia energía vibratoria, por ello, el incienso puede ser seleccionado de acuerdo al estado de ánimo al que desea llegar cada persona, ya sea eliminar un estado de estrés, un profundo estado de relajación, o llegar a un estado de sanación. Otras personas seleccionan el incienso de acuerdo a su corazonada, a su intuición, logrando el objetivo deseado.

Existen una gran variedad de aromas.

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