¿Cómo es el signo Géminis?
Géminis es el tercer signo del zodíaco. Se trata de un signo
mutable que cierra el ciclo primaveral y que corresponde al período de la
floración. El Sol entra en este signo el 20 o el 21 de mayo. Reside en él hasta
el 20 o el 21 de junio, según los años.
Su estación: la
primavera. Es el periodo de la aparición de las flores, de los frutos verdes y
de los polluelos. Las abejas y las mariposas liban. Los días se alargan. El aire
es más suave. Todo nos empuja a la vida en comunicación con la naturaleza, a la
despreocupación, a la ligereza.
Su elemento: el Aire.
Se trata del aire cargado de los efluvios primaverales, tomados de las hierbas
y de las flores. Es inaprensible, móvil, difuso, pero muy agradable y ligero. Revela
las características de Géminis.
Su regente:
Mercurio, el Hermes griego, el dios con alas en los tobillos o en las
sandalias.
Su color: es
mutable. En primavera la naturaleza nos enseña una gran variedad de colores, y éste
es el caso de Géminis.
Su metal:
mercurio.
Sus piedras:
berilo y granate.
Su signo opuesto y
complementario: Sagitario.
Sus correspondencias anatómicas:
las manos, los brazos y los pulmones.
Géminis, poder de adaptación, comunicación y sociabilidad,
pero puede ser ligero, cambiante e influenciable
Carácter:
temperamento melancólico, nervioso y emotivo, sometido a una agitación mental
que estimula su curiosidad y su inteligencia o que le empuja a dispersarse. Despreocupación
y frivolidad que engendran a menudo un comportamiento irresponsable. Tendencia a
jugar con su vida más que a vivirla, a no tomarse en serio, a vivir como un
eterno adolescente. Identificación con el otro por mimetismo, por juego o con
la esperanza de descubrir su verdadera personalidad. Necesidad de simpatías, de
contactos e intercambios variados. Carácter flexible, cambiante, adaptable,
influenciable. Espíritu abierto, móvil, crítico, a veces inestable o indeciso. Sentido
del humor, de lo inmediato. Elocuente.
Psicológicamente, este signo corresponde a la integración
social y de relaciones en su entorno natural, que favorece la búsqueda de su
identidad. Más que cualquier otro signo, Géminis necesita la mirada de los demás
para saber quién es.
El amor de Géminis pertenece más a la fantasía o la imaginación que a la emoción. Casi nunca se deja engañar por sus sentimientos, ni por los que los sienten por él. Géminis considera el amor como una búsqueda narcisista. Es más hábil para los juegos de amor que para los compromisos afectivos.
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