miércoles, 5 de marzo de 2014

Leo, fuerza y dominio

¿Cómo es el signo leo?

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Leo, el quinto signo del zodíaco, es un signo fijo, masculino, el segundo signo del verano; coincide con la época del año en que abundan los frutos. El Sol entra en este signo el 22 o 23 de julio y se quedará hasta el 22 o 23 de agosto, según los años

Su estación: el verano. El sol brilla, ilumina, domina. Es la época más calurosa del año, la del trigo dorado, impregnado de sol, listo para la cosecha. La naturaleza de colores tornasolados, generosa, rica y abundante. Todo es abundancia.

Su elemento: el Fuego. Es el fuego ardiente del Sol, generador de vida en la Tierra. Pero dominado, utilizado. Sin embargo, no podemos exponernos a él porque quema.

Su regente: el Sol, simbolizado por Apolo que conduce el carro del… Sol.

Su color: el amarillo anaranjado de los amaneceres y de las puestas de sol en verano y el amarillo dorado del trigo.

Su metal: oro.

Sus piedras: rubí, ámbar, crisólito oriental.

Su signo opuesto y complementario: Acuario.

Sus correspondencias anatómicas: el corazón, la columna vertebral, el plexo solar.

Leo, fuerza y dominio, signo de la ambición por excelencia, de las apariencias y la necesidad de admiración

Carácter: temperamento ardiente, apasionado, dominador. Gran confianza en sí mismo que le hace a veces presuntuoso. Siempre ambicioso, consigue con una facilidad y simplicidad aparentes, lo que parece a los demás complicado o imposible. No tiene capacidad de adaptación y sentido de la oportunidad, que compensa con una asentada y fuerte voluntad, tiende al poder y tiene un constante dominio de sí mismo. Carácter sincero, leal, autoritario, audaz y orgulloso, magnánimo o intransigente, según los casos. Clara conciencia de sus posibilidades y capacidades, e inclinación espontánea a explotarlas y a sacar partido de sus cualidades. Tendencia incluso a apropiarse de las riquezas exteriores de las que toma posesión y con las que se identifica sin complejos.

Espíritu inclinado hacia las grandes ideas, los sentimientos nobles y generosos, sensible a los conceptos y teorías que él aplica y encarna con tanta perfección que parecen una creación suya. Necesidad de aparentar, de sentirse amado, admirado, aceptado. Gusto por el lujo, el confort, la holgura material.

El amor Leo se vive como un sentimiento recíproco, basado en una estima mutua indefectible. Muy posesivo, no deja ningún margen de maniobra al otro. 

Tu carta astral en nuestra página superior: Cartas astrales

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