Intenta que tus palabras vayan apoyadas de hechos
Consigue que tu mensaje sea sencillo y motivador. ¡Ojo con lo que cuelgas!
Los expertos en ética empresarial y marketing lo tienen claro:
las marcas generan buena reputación cuando
existe coherencia entre lo que dicen y lo que hacen. Con las personas, ¡pasa
exactamente lo mismo!
“Con buenas palabras se puede negociar, pero para
engrandecerse se requieren buenas obras” (Lao-Tsé).
En una entrevista de trabajo o, incluso, en una primera
cita, intenta que tus palabras vayan
apoyadas de hechos, lo que significa hablar de aficiones que practicas (realmente), de intereses que te
inquietan (realmente), de libros que
lees (realmente)… Si quieres causar buena impresión y ser una
persona creíble, es indispensable que seas coherente.
Consigue que tu mensaje llegue con serenidad, sencillez y que sea motivador.
Un individuo gana credibilidad cuando es capaz de trasmitir
un mensaje de forma serena. Quienes saben generar confianza no necesitan recurrir a las imposiciones ni se dejan llevar por la
impulsividad, la ira o la agresividad verbal.
Adecua tu mensaje al
receptor. Si la persona que te escucha se queda con la sensación de haberlo
entendido todo porque el discurso era
claro, conciso y ordenado, otorgará mayor credibilidad a tus palabras.
Los mensajes que
generan esperanza y entusiasmo resultan más atractivos y alentadores. La
mayoría de las personas nos sentimos más conectados a aquellos que ven soluciones allí donde otros ven
amenazas.
¡Ojo con lo que cuelgas! Las redes sociales sirven para mantener el contacto con amigos, pero también para proyectar una imagen personal. Especialmente si tienes un perfil público (en Facebook, Instagram, Linkedin…), procura que la información que des sobre ti no tire por tierra la imagen que ofreces en el mundo real. Muchas personas acuden a la red para verificar la identidad de alguien que acaban de entrevistar o de conocer e interesarse por su estilo de vida, sus aficiones, su pasado…
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