Prepara menús más saciantes y ligeros para compensar los excesos en las comidas
Imagen: Facebook
Los alimentos más acuosos consiguen una mayor sensación de plenitud pese a aportar pocas calorías
La presencia de
proteínas, agua y fibra en los alimentos provoca mayor sensación de saciedad,
en parte, porque se retarda el vaciado gástrico y la persona goza de la
impresión de tener el estómago lleno durante más tiempo.
Los alimentos más
acuosos como frutas, hortalizas, cremas y caldos de verduras dan sensación
de plenitud porque dan volumen al estómago y, además, tienen una baja densidad energética, ya que al ser tan ricos en agua
aportan pocas calorías. La fibra
ayuda porque, aunque no se digiere, necesita agua para eliminarse, por lo
que proporciona volumen a los residuos
en los intestinos y causa en la persona la sensación de estar lleno. Por
este motivo, conviene escoger los alimentos
integrales.
No hay mejor forma de depurar toxinas, perder peso y reducir
volumen que seguir una dieta rica en vegetales.
¿Tienes por costumbre
hacer un primer y segundo plato? Si tomas una ensalada sencilla (las
endivias, los berros, las espinacas o la escarola tienen un alto poder
desintoxicante) o una crema de verduras (sin lácteos) como entrante y acompañas
la carne o el pescado cocinados a la plancha de verduras al horno o al vapor;
la báscula no tardará en mostrar resultados positivos.
¿Eres de plato único?
En este caso, la clave está en añadir a la receta tantas verduras y hortalizas
(berenjena, puerros, setas, calabacín…) como pasta, legumbres o arroz. Poner colorido
a tus rectas incluyendo hortalizas como la zanahoria, el pimiento, los espárragos…
es una buena estrategia a la hora de preparar platos no sólo más sanos, sino
también menos energéticos y más saciantes.
De postre, siempre fruta.
Sustituye los postres lácteos (natillas, cuajada, flan…) por la fruta. Las variedades
con mayor contenido en agua (melocotón, melón, papaya, sandía…) y en fibra (pera,
frutas del bosque, nectarina, mango…) son las más adecuadas.
Recuerda, en términos de alimentos comunes, resulta conveniente consumir, tanto entre horas como en las comidas principales, los alimentos con las características nutritivas mencionadas: ricos en fibra, agua y ricos en proteínas, pero sin exceso de grasa. Calmará más el apetito un bocadillo vegetal de pan integral con queso fresco o magro (rico en fibra y proteínas) que un bocadillo de pan blanco (sin fibra) con chocolate, aunque las calorías de los dos productos sean las mismas.
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